Fue un rato de tertulia amena, en especial con los invitados especiales, las cofradías de Luz y Mar, de San Andrés, y de Nueva Esperanza, que aprovecharon para visitar la cripta donde se pudo rezar ante el Señor de la Verdad.
Hay que agradecer, especialmente, a Julián y Marivi su disposición y trabajo para la realización del desayuno, ya que conllevaba una infraestructura el hacer el chocolate y churros para tanta gente. Por cierto, todo el mundo alabó la calidad y más de uno pidió que se convierta en tradición.
Gracias, Julián y Marivi, ya que esto es otra forma de hacer hermandad y de crear identidad de barrio.
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