En una complicada maniobra, en la que se une la pericia con la fuerza, un grupo de cofrades de Verdad y Sagrario ha regresado al camarín a la imagen de San José Obrero.
La dificultad es doble debido al poco espacio para entrar en el camarín y la alta peana sobre la que descansa la imagen.
El estandarte que durante estos meses ha presidido el camarín ha pasado a la capilla bautismal.
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