Sábado, 1 de mayo. Festividad de San José Obrero en la parroquia homónima de Carranque.

 

Candelería gastada.

Los cirios semi-gastados del trono de la Virgen del Sagrario simbolizan el transcurrir de una intensa e histórica Semana Santa en Carranque, de puertas abiertas de par en par, donde los tronos han permanecido en el interior de la parroquia de San José Obrero para la veneración de los Sagrados Titulares.

Hasta el Domingo de Resurrección en la misa de 12.00 horas se podrán visitar las andas procesionales, las cuales comenzarán a ser desmontadas en la tarde de ese mismo día para volver las imagenes de Verdad y Sagrario a su nuevo altar en la nave del evangelio de la parroquia.

 

Culto extraordinario a San José en su parroquia de Carranque.

Después de varios años, la imagen de San José Obrero ha vuelto a bajar de su camarín en la parroquia de Carranque. Se ha tratado de una maniobra complicada por el difícil acceso de la efigie y la complicada maniobra de las escaleras. Nos recuerda Juanma Sánchez Quiñones cómo hace años se procesionaba dicha imagen por el barrio. Quizá en algún momento vuelva a recuperarse aquella tradición.

Durante tres días, y coincidiendo en el tríduo al Señor de la Verdad, la imagen podrá venerase y contemplarse de manera cercana.

Yo soy el Buen Pastor.

Del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.

Mujeres portando los ciriales en la procesión.